Llega prácticamente a reconstruir el club, a darle un orden y una estructura administrativa, deportiva y financiera.
Tendrá que realizar «operación cicatriz» con jugadores, empleados, instituciones y medios de comunicación.
El margen de error es muy estrecho, debe de rodearse de personas que den resultados, ahí estará la clave de su gestión.
Sale Miguel Mansur, sólo regresó el escudo, los colores, el himno y, se le acabaron las ideas, perdió el rumbo.
Mucho trabajo por hacer en Correcaminos, esperemos que la gente que llegue esté comprometida a trabajar por y para el club y, no por su persona, teniendo un puesto de poder que algún día terminará y solo quedará lo que se haya hecho por el club.
Las mejores vibras para la nueva directiva: las expectativas de buenos resultados son grandes.